Sobre crisis y RSC. ¿Solución o problema?
Hace unos días tuve la oportunidad de intervenir en el III Encuentro sobre Responsabilidad Social Corporativa organizado por el Diario Expansión. Mi charla se titulaba “La RSC en la encrucijada” y en ella me pareció importante lanzar una idea: “O somos capaces de que la RSC ayude a salir de la crisis económica o se la incluirá dentro de las partidas susceptibles de recortar por ser un gasto difícilmente asumible”. En otras palabras: O situamos la RSC en el centro de la solución o se convertirá en un problema.
Si es así… ¿Cuáles son los principales problemas ante los que se enfrenta la economía española hoy y a los que la RSC debería contribuir a solucionar? Creo que todos coincidiremos en dos: en el coste del capital (la famosa prima de riesgo) y el paro. Ese es el escenario. Y esta es la pregunta: ¿Cómo puede ayudar la RSC a reducir tanto el coste de capital como la tasa de paro?
Algunos pensarán que a la RSC estas cosas le quedan grandes. Pero yo creo que no es así. Vayamos por partes.
¿Cómo puede la RSC contribuir a reducir el coste de capital? En un estudio de 2009, titulado The Business of Sustainability: Results and insights from the first annual MIT Sloan Management Review Global Sustainability Survey, sus autores identificaban 7 palancas de creación de valor vinculadas a la idea de sostenibilidad; dos de ellas eran la reducción de riesgos operacionales y la reducción de coste de capital por mayor facilidad de acceso a financiación y al mercado asegurador.
La RSC tiene aquí dos palancas clave. La Primera es maximizar la implantación de Códigos éticos. Aunque sea una obviedad, en el origen de casi todos los escándalos financieros a los que hemos asistido en la última década (desde Enron hasta Lehman) encontramos un comportamiento, leyes aparte, poco ético, nada trasparente y, sobre todo, codicioso. Y ahí, la RSC, entendida como palanca de un comportamiento íntegro y ético (no como programas filantrópicos), tiene mucho que decir.
La segunda palanca es impulsar la trasparencia a través de los informes de sostenibilidad. Sobre el coste de capital. Quien tenga alguna duda al respecto, debería recordar que importantes fondos de pensiones como el Noruego solo invierten en aquellas compañías que pasan por el filtro de su comisión ética y desarrollan su actividad también conforme a criterios de sostenibilidad. Quien tenga alguna duda, también debiera recordar que ya, por ejemplo, la bolsa de valores de UK obliga ya a las empresas cotizadas a reportar sus emisiones de CO2. Creo que la trasparencia es el mejor definfectante contra las malas prácticas de todo tipo.
En otras palabras, la RSC puede ayudar a las empresas cotizadas a evitar las garras de los “Hedge Funds” y situarse por encima del bono basura (y no olvidemos que muchos fondos “serios” tienen como política no invertir en empresas con rating de bono basura). ¿Cómo? Maximizando el valor del reporte de sostenibilidad o utilizando líneas de futuro como las que se abren con el reporte integrado ( en el que se demuestra cómo se crea valor reportando conjuntamente la estrategia corporativa, el gobierno corporativo, los resultados financieros y los impactos sociales y medioambientales) o con el Apartado 47 de la declaración de la Cumbre de Rio+20 (que insta a las empresas cotizadas a poner en valor los informes de sostenibilidad).
¿Cómo puede contribuir la RSC a la creación de empleo? Contestaré directamente: favoreciendo el emprendimiento y, más concretamente, el emprendimiento social. Los emprendedores sociales son el departamento de I+D de muchos gobiernos” porque son aquellas personas que, con planteamientos de mercado, persiguen crear una empresa cuya oferta genere un impacto positivo en la sociedad. Su objetivo es crear empresas for income, but not for profit.
Una buena manera de impulsar el emprendimiento social es, en el contexto actual de crisis económica, ayudar al tercer sector en España a reinventarse, buscando la transición del mundo sin lucro al mundo del emprendimiento social. En esta transición el sector público puede tener un papel relevante y, de hecho, la RSC está en la base de este movimiento. Un ejemplo interesante es el “fondo de transición” lanzado en UK con una dotación de 100 millones de libras, que pone una serie de condiciones a aquellas instituciones que desean adherirse a este plan. Habrá que eliminar muchas barreras para ello (las mejor fórmula jurídica, los incentivos fiscales, la escasez del ecosistema existente), pero los programas de apoyo al emprendimiento social están en la base de una actuación responsable de cualquier empresa.
Creo que por ahí está el futuro de la RSC, un futuro que pasa por ayudar a salir de la crisis. Pero para que eso pase, soy de la opinión de que hay que hacer dos transiciones fundamentales. La primera, es evolucionar el propio concepto de RSC, para vincularlo más a la idea de sostenibilidad para ir más allá de la RSC vinculada a los proyectos sociales y filantrópicos (ya he escrito sobre esto en más ocasiones). Y la segunda es evolucionar el perfil del profesional que hoy se dedica a la RSC, pasando de perfiles más próximos al marketing (social) a otros más vinculados a la gestión de riesgos y a la creación de “start ups”.
Si no somos capaces de gestionar esa transición, me temo que nos quedaremos para organizar fiestas, eventos y algún que otro “sonoro” sarao social. Me temo
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