En estos últimos días he tenido la ocasión de debatir sobre innovación social y empresas e innovadores sociales con personas procedentes del mundo de la empresa, la inversión, la economía social, la sociedad civil y el entorno público.
Después de mucho hablar, al final todo ha girado en torno a dos ideas. Primera, entender que desde el mundo de la empresa ( y no solo desde lo público) también es posible favorecer el progreso y la inclusión. (Sobre este punto, recomiendo la lectura del post "Business Can't Solve the World's Problems. But Capitalism Can”, publicado en la Harvard Business Review).
Y segunda, entender de “qué tipo de animal” estamos hablando cuando hablamos de empresas y emprendedores sociales. Este punto es importante, porque no es posible crear empresas (y también empresas sociales) si no hay quien invierta capital en ellas y, lógicamente, espere obtener algún tipo de retorno a su inversión. (Sobre este punto, recomiendo la lectura de "Social Impact Investing Will Be the New Venture Capital", también publicado en Harvard Business Review).
Por ello, si parece claro que las aportaciones públicas a “fondo perdido” han pasado a mejor vida y que de lo que hablamos es de empresas... De ahí la pregunta: ¿de qué hablamos cuando hablamos de empresas y emprendedores sociales? Ahí van algunas conclusiones:
1. Hablamos de empresa. Hablar de empresas significa hablar de accionistas, y de una estructura de la propiedad y unos órganos de gobierno definidos en torno a un Presidente, a un Consejero Delegado y a un Director General. Hablar de empresas significa también hablar de un sistema de toma de decisiones unitario y centralizado en la persona de principal órgano ejecutivo.
En decir, no hablamos ni de fundaciones ni de cooperativas, donde la propiedad está repartida, los órganos de gobierno y la toma de decisiones se realiza generalmente a través de votación democrática.
2. Hablamos de empresa sostenible. Empresa sostenible es aquella que es capaz de tener un modelo de negocio viable (o sostenible) en el medio y largo plazo. Es decir, aquella que define un plan de negocio, genera ingresos, y es competitiva porque ha sido capaz de satisfacer una necesidad en el mercado a través un producto o servicio por el que sus clientes pagan un precio de mercado.
3. Hablamos de empresa sostenible con un fin social. Las empresas sociales son aquellas que tienen como principal objetivo cubrir una necesidad que ayude a la inclusión social o a favorecer el uso eficiente de los recursos naturales. En concreto, podríamos decir que:
- En las economías menos desarrolladas podríamos pensar que las empresas sociales tienen como objetivo, entre otros, cubrir necesidades básicas vinculadas a la sanidad, la educación, el acceso al agua y su salubridad, la agricultura y la ganadería no industrializada en zonas rurales… Hablamos de cómo las acción de las empresas sociales con estos fines puede ayudar a reducir las brechas económicas (ricos Vs. pobres), geográficas (rurales Vs. ciudades), tecnológicas (conectados Vs. no conectados); y de capacitación (formados Vs. no formados).
- En las economías desarrolladas, aquellas que se definen bajo la idea del estado del bienestar, las empresas sociales pueden tener como objeto social apoyar la cultura; proveer servicios a las personas discapacitadas, mayores o en riesgo de exclusión; sistemas de recogida de residuos y protección del medioambiente; plataformas de croudfunding… Y todo ello sin descartar empresas dirigidas también a promover la inclusión social.
4. Y, por último, hablamos de ánimo de lucro. Hablar de lucro es hablar de ganar dinero. Otra cosa distinta es decidir qué se hace con el lucro. Una empresa social puede decidir el mix ideal para repartir su lucro, mix que puede incluir aspectos como la retribución al capital; reinversión en la propia compañía para incrementar su potencia social; crear o a fortalecer tejido social en zonas desfavorecidas; crear proyectos sociales estrictamente filantrópicos, etc. Pero eso es una decisión de la propia compañía.
Estas son las principales consecuencias del debate. Quizá no todo el mundo coincida con este planteamiento, pero, quizá también, sea el más eficiente y práctico. Lo que parece claro es que los fundos públicos destinados a la inclusión social o a favorecer el desarrollo van a ir reduciéndose progresivamente, por lo que los modelos de financiación a “fondo perdido” no serán sostenibles (viables) en el medio plazo. Por eso, creo, hay que reinventar el modelo, un modelo basado en la empresa, en la empresa sostenible, en la empresa con impacto positivo en la sociedad y en la empresa que sea capaz de ganar dinero… y repartirlo mejor. (Ultima recomendación: "Conscious Capitalism Is Not an Oxymoron")
Estimado Alberto,
Primero agradecer la excusa que me das para escribir sobre algo que me rondaba en la cabeza hace un tiempo. Al igual te agradezco el que hagas de altavoz de la importancia de las empresas sociales y de la ESS en general.
Ahora bien ¿las cooperativas no son empresas? No sé si es falta de información o una intención predeterminada de desacreditar este modelo.
Por ello, me vas a permitir ciertas aclaraciones:
- En una cooperativa de trabajo, como tu dices, los accionistas son los propios trabajadores, pero hay capital... supongo que conoces la Corporación Mondragon, pero para los que no, www.mondragon-corporation.com.
- Empresa sostenible: la Experiencia Mondragon es estudiada por escuelas de negocios del orbe como caso de éxito con la innovación y la internaconalización como pilares.
- Lucro: En este caso se usa para: invertir en formación de los trabajadores, para ayudar a otras coops, para invertir en innovación, para guardar para las 'vacas flacas' y como no para repartir a sus accionistas. Lo que pasa es que sus accionistas son los trabajadores y no a especuladores que invierten pensando sólo en el PER.
Como autocrítica y lo que te comentaba que me tenía metido el gusanillo dentro es que desde las cooperativas hacemos poca pedagogía para explicar que otro tipo de empresa es posible.
Un saludo y sigamos promoviendo la ESS bajo cualquier tipo de organizacion del cuarto sector.
Hola Jose Luis:
Gracias por tu respuesta.. más que respuesta es un post! Por ello, gracias doblemente
Sobre la idea del rol de las cooperativas, tienes toda la razon: son empresas y empresas sostenibles (viables) y con ánimo de lucro que reinvierte en la propia cooperativa. Nada que objetar a las cooperatias; todo que aplaudir.
El único pnto tiene que ver con el modelo de toma de decisiones, con los órganos de gobierno y, sobre todo, con la agilidad. Por regla general una decisión colectiva suele llevar más tiempo y más esfuerzo de "diálogo y consenso" que una decisión ejecutiva, especialmente en aquellas empresas que están anciendo o acaban de nacer Y ese es el motivo por el que me refería las empresas compo tal, por la necesidad de agilizar la toma de decisiones. Es posible que en mi post olvidase una cosa: muchas de las nuevas empresas que se va a crear ahora tienen que ver con el mundo digital, con las nuevas tecnologías; y aquí, la ventana de oportunidad es pequeña, porque todo evoluciona muy deprisa.
Por eso apostaba más por la empresa "pura". Y porque es más fácil encontrar invesores privados para empresas que para cooperativas.
No he querido que este post fuese una crítica a las cooperativas, sino una nueva vía para las empresas.
Gracias!
Un placer 'discutir' contigo...:-)
La cuestión de la democracia y el voto en las cooperativas es otro aspecto que nos toca aclarar a los que creemos y trabajamos en este modelo. No todas las decisiones se toman (ni a mi entender tienen que serlo) evidentemente en una asamblea.
Solo aquellas verdaderamente estratégicas... Implantar o no una planta en el extranjero podría ser un ejemplo.
Las cuestiones mas operativas se trabajan desde el propio consejo de dirección o el Consejo Rector.
En lo del acceso a la inversión, tienes razón, a un inversor clásico, seguramente le asuste invertir en una cooperativa. De ahí la importancia de hacer pedagogía sobre el modelo.
Por suerte existen alternativas como las cooperativas de crédito...pero no quiero escribir otro post!;-)
Lo dicho, un placer!
Gracias Jose Luis
Quizá, la pedagogía nunca esté de más! Tener más información sobre las cooperativas y sus órganos de gestión y de gobierno sin duda ayudará a quienes quieren crear empresas sociales. Y quizá, también, eviten los recelos de los inversores tradicionales.
En cualquier caso, todos los caminos llegan a Roma: el objeto social de unas (cooperativas) y otras (empresas). Creo que esa ahí donde hay que poner el énfasis. Y cuantos más instrumentos existan para conseguirlo, mejor todavía; ya sean empresas o cooperativas. Abrazo y gracias por la "discusión".
Buenos análisis, no cabe duda que partir de lo que entendemos por empresa, es parte del centro del cuestionamiento que abordas Alberto. Quisiera agregar algunos aspectos adicionales a lo que expones:
1. Desde la teoría de sistemas, también podemos y hemos históricamente analizado la naturaleza de la empresa. Si hoy la mirada implica resolver las externalidades y costes sociales que genera la empresa, podemos entender el concepto de empresa considerando sus imputs y outputs para que resolvamos de una vez por todas que las empresas deben ser sustentables, en un mundo sustentable. ¿Qué empresa podría ser sustentable en una sociedad o mundo que no lo sea?.
2. También podemos decir que la función de una empresa se debe a la producción de un producto o servicio en particular, lo cual en definitiva constituye una combinación de capital y trabajo que busca ser eficiente y eficaz en su propósito, lo que nos retorna a la conclusión del punto 1.
3. Solemos tener problemas en las concepciones de las cosas, sin querer caer en el absolutismo, tendemos a varios conceptos de una misma cosa, siendo la cosa es una sola. Mi observación es que es importante separar la naturaleza de las empresas de las interpretaciones o usos que hagamos de ella, al igual que lo hacemos en derecho, y en una inmensidad de cosas adicionales. En esto quisiera ser categórico, siendo esto una apreciación muy personal, las empresas son lo que son, y deben ser siempre sustentables, y no lo pueden ser sin ejercer su debida responsabilidad social.