RSC 2.0: Ahorrar costes utilizando la RSC como palanca
¿Pueden las políticas de RSC contribuir a reducir los costes de la empresa? Reducir costes y aplicar recetas de RSC pudiera parecer algo opuesto. De hecho muchos siguen pensando (y seguirán) que esto de la RSC no es más que un gasto. Sin embargo, no siempre es así. En este post me gustaría encontrar una relación causa efecto entre RSC y reducción de costes, de igual manera que en el anterior me propuse encontrar descubrir algunos nuevos motores de crecimiento económico por la vía de la RSC.
¿Cómo las políticas de RSC contribuyen a reducir costes? Para empezar, todas las medidas de ahorro de energía y eficiencia energética son, además de económicas, perfectamente alineadas con una política de responsabilidad. De hecho, apelando a un consumo responsable de los recursos, es como mejor se pueden explicar a los empleados.
Entre otras, se pueden incluir las siguientes medidas: adquisición de equipos eficientes; uso eficiente de equipos (encendido y apagado); apagado de edificios a una determinada hora; temperatura y climatización adecuadas en despachos y salas; impresión reducida y a dos caras; no uso del color; sustitución de la correspondencia en papel por el e-mail; uso racional del agua…Aunque estas medidas parecen “pequeñas”, lo cierto es que pueden ayudar a minorar los gastos hasta en un 10%. De muestra un botón: ¿sabe Ud. que solo para mantener encendidos en stand by todos los electrodomésticos de los hogares españoles es necesario mantener a pleno rendimiento una central nuclear en España?
Otro capítulo más destacado es el de la gestión de los riesgos. En este sentido, no es infrecuente que las empresas cuenten con un mapa de riesgos definido. En él se incluyen, por lo general, riesgos de negocio (entorno, mercados, regulatorios, competencia…); riesgos financieros (tipo de cambio, tipo de interés, liquidez…); riesgo de crédito (morosidad…); riesgos operacionales (con clientes, con proveedores, con sistemas, con aseguramiento de ingresos, con recursos humanos, fraude…), etc. Lo que sí es novedoso es incorporar en el mapa de riesgos de la compañía un capítulo de riesgos globales que incluya los riesgos de Reputación y RSC, junto a temas tan exigentes como los riesgos de imagen o de solidez en la información financiera. En el sector de las Telecomunicaciones, por ejemplo, Telefónica ha identificado los siguientes proyectos para gestionar riesgos globales: protección de los menores y uso responsable de las TIC; política de privacidad de datos; sistema gestión medioambiental; cambio climático y eficiencia energética; inclusión digital de colectivos desfavorecidos; diversidad; responsabilidad en la cadena de suministro; derechos humanos; diálogo con grupos de interés y dialogo social internacional; reporte social y medioambiental.
Por aquí hay otra vía de vinculación de la RSC a la cuenta de resultados. Hemos visto ya que ayuda a crear nuevos ingresos y a reducir costes. Ahora solo nos falta ver si ayuda a mejorar la satisfacción de los clientes
Publicado en Diario Responsable, Marzi 2009