Curso de Identidad y Comunicacion Interna
Siempre que se habla de comunicación interna suele ponerse énfasis en la gestión de los soportes o los canales de comunicación. Se entiende que quien gestiona la comunicación tiene que esperar a que “otros”, los gestores, le den los contenidos que se deben comunicar. Entendida así la función de comunicación interna, tiene una función instrumental y subordinada, lo que sitúa esta función en niveles poco relevantes en la organización.
Sin embargo hay otra forma de entender la comunicación interna más allá de la gestión de los canales de comunicación. Y esa forma es “integrase verticalmente” para apoyar al CEO en la construcción de la identidad y la cultura corporativa de la empresa. Con ese nuevo foco, la función de comunicación interna cobra una relevancia máxima porque contribuye a identificar (y a construir) el ADN de la institución y a construir el perfil interno de la institución.
Siempre me han admirado aquellas empresas que son reconocibles de manera nítida por todos sus empleados y sus clientes. Son empresas con una identidad propia. ¿Se puede hablar del estilo Hawllet Packard? o del estilo Corte Inglés?, o del estilo Disney? Definitivamente sí. Y es que una gran institución es mucho más que una cuenta de resultados o un portfolio de productos o servicios. Una institución, si va más allá de su perfil financiero, puede llegar a tener personalidad. El Corte Inglés, en España, es igual a atención y servicio al cliente; la sueca Volvo, es igual a seguridad; la norteamericana McKinsey, equivale a rigurosidad; o la también sueca IKEA es lo mismo que diseño democrático. Estas asociaciones que se producen en la mente de los consumidores, de los inversores, de los empleados, o de las sociedades en las que operan éstas compañías y son, en definitiva, resultado de su identidad, de su personalidad. Y para ello, la función de comunicación interna, entendida de manera integral, es decisiva.
Algunos pudieran pensar que la construcción de la personalidad de la compañía está muy lejos de las responsabilidades de las áreas de comunicación interna. Y es verdad. Pero también es verdad que desde un área de comunicación interna se está en una situación óptima para integrar de manera simple y estructurada la cantidad ingente de contenidos que procede de áreas gestoras, como las de estrategia, marketing, marca, etc. Además, desde un área de comunicación interna se está en la mejor de las situaciones para reclamar, y coadyuvar, a construir las piezas básicas en torno a la que ha de girar la comunicación interna para construir la personalidad y la identidad de una empresa: la visión, los valores organizativos, los principios de actuación y la propuesta de valor marca, los atributos racionales y emocionales ligados a la marca, el capital social e intelectual de una institución, el producto como elemento portador de atributos y satisfactores, etc.
Y todavía más. Desde el orden, el foco y las líneas básicas de comunicación puede ayudarse de forma crítica a los gestores y al CEO. Para ello, las áreas de comunicación interna cuentan con una suerte de “Killer Application”: los “Programas de Vertebración Institucional” (PVI), cuyo objetivo es poner a trabajar a toda la organización en una misma dirección y de una misma manera, ordenando las políticas de la empresa en líneas de comunicación, distribuyendo tiempos, asegurando su comprensión… Y con todo eso se contribuye de forma evidente a construir la identidad y la cultura corporativa de la empresa, es decir, la forma de ser y comportarse de una organización.
El objetivo, del curso, es poner la función de comunicación interna del lado de la construcción de la personalidad (identidad) de la empresa, y menos del lado de la gestión de los canales de información.
Aquí puedes encontrar el syllabus del curso