¿Por qué es tan difícil que los “policy & decisión makers” actúen ya contra el cambio climático?
Responderé a la pregunta de entrada, de sopetón. Porque ningún gobierno o ninguna empresa que fallen hoy en su política contra el cambio climático van a perder su rating en los mercados de deuda a corto plazo, es decir, al día siguiente, o a la semana siguiente, o en el mes siguiente. Todavía eso no pasa. No sé cuándo pasará (ni siquiera si pasará), pero lo cierto es que hoy no pasa.
Hace unos días, con motivo del huracán Sandy, tuve la ocasión de hablar de este tema con un grupo de eso que los anglosajones llaman “policy & decisión makers” (es decir, aquellos que toman las decisiones empresariales o gubernamentales o influyen en ellas) y lo comprendí en cinco minutos. El pleno debate uno de ellos me dijo: “Es cierto lo que dices; no digo que el cambio climático no sea importante; lo que pasa es que no es tan importante como para que te bajen el rating mañana”. “Tienes razón” –le contesté yo-. “Pero quizá esto del cambio climático es como el colesterol: no te mata hoy, pero termina matándote”.
Y este es el problema. Como decía en una entrevista en The Guardian Sustainable Business Bjorn Stigson, el anterior Presidente del World Business Council for Sustainable Development, "si el cielo está azul y hay poca polución en el aire… ¿porqué debería tomarme el esfuerzo de cambiar algo que apenas puedo ver con mis propios ojos?” Pues eso, como el colesterol: los efectos del cambio climático no siempre se ven cada día.
Por este motivo, los principales estudios con estadísticas rigurosas sobre el calentamiento del planeta se han venido ignorando sistemáticamente (igual que quienes no llevan una dieta saludable ignoran los análisis de sangre). Se han ignorado los datos del Berkeley Earth Surface Institute que demostraba que en los últimos 250 años la temperatura de la tierra ha crecido 1,5º centígrados. O las mediciones de la NASA que demuestran que la extensión de la capa helada en el océano Ártico ha alcanzado su mínimo desde 1979, año en el que comenzaron a realizarse estas mediciones. O del artículo aparecido en la revista Nature en el que se afirma que los impactos directos de la acción humana ya afectan a casi la mitad del planeta, afectarán al 50% en 2025 y llegarán al 55% en 2045, lo que acarreará pérdida de productividad en las tierras de cultivo, una menor capacidad de almacenamiento de CO2 y el colapso del stock pesquero
Pero creo que el huracán Sandy lo empieza a cambiar todo. Y lo cambia por dos motivos. Primero, porque los efectos del cambio climático se pueden ver con nuestros propios ojos… y, además, en el centro del primer mundo, en New York, no en uno de esos lugares lejanos que solo salen en las noticias con motivo de desastres naturales. Y segundo, porque afecta al sistema financiero; según primeras estimaciones, "Las pérdidas provocadas por Sandy podrían alcanzar los 50.000 millones de dólares"
Por eso creo que podemos tener aún alguna esperanza. Los efectos de una mala dieta del planeta ya se han dejado ver. Y se han dejado ver en el primer mundo, en el epicentro del sistema financiero. Esperemos que seamos capaces de extraer alguna enseñanza de Sandy. Aún estamos a tiempo de ponernos a dieta y evitar el temido infarto (o colapso del planeta).