¿Cómo impactará el COVID19 en la Agenda 2030?
Articulo previamente publicado en la revista Capital Humano
Querámoslo o no, la crisis del COVID 19 impactará en los Objetivos de Desarrollo Sotenible y no parece desacabellado que tengan que modificarse las ambiciones previstas en la agenda 2030
En marzo de 2020, Naciones Unidas publicaba un informe titulado “Shared responsibility, global solidarity: Responding to the socio-economic impacts of COVID-19” en el que se hacia una previsión del impacto de la crisis del coronavirus en la Agenda 2030. Conviene recordar que esta Agenda se presentó en la Asamblea General de Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015, entró en vigor en enero de 2016 y se concretaba en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se trata de un llamamiento de la ONU para alcanzar “un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible”. Los ODS son la prolongación de los 8 Objetivos del Milenio que la ONU lanzó en el año 2000.
El documento de Naciones Unidas parece muy oportuno, porque es difícil pensar que se podrán alcanzar las 169 metas asociadas a los 17 objetivos cuando todas las previsiones presentan un horizonte difícil. Los datos de la crisis sanitaria son muy importantes; tal y como muestra la página de seguimiento del Hospital John Hopkins, a 26 de abril se habían registrado 2.918.917 afectados por el virus y 203.622 fallecidos.
Como se afirma en el documento de marzo de 2020, “es probable que la crisis de COVID-19 tenga un efecto profundo y negativo en los esfuerzos de sostenibilidad. Una prolongada desaceleración económica mundial tendrá un impacto negativo en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático”.
Es probable que la crisis de COVID-19 tenga un efecto profundo y negativo en los esfuerzos de sostenibilidad
Sin ir más lejos, el Fondo Monetario internacional prevé en su último informe que, en 2020, prácticamente todas las zonas económicas del mundo tendrán crecimientos negativos: Estados Unidos, un -5,9%; la zona Euro, -7,5;%; Asia Central y Medio Este, -2,8%; América Latina y Caribe, -5,2%; y Africa Subsahariana, -1,6%; solo los países emergentes asiáticos podrían crecer un 1%. Y todo esto, sin tener en cuenta la destrucción de puestos de trabajo que acarreará el COVID19; solo para Europa, un estudio de McKinsey prevé que podrían estar en juego cerca de 60 millones de empleos.
Siendo estos los datos, parece sensato revisar las ambiciones de la Agenda 2030. Por una parte, términos generales, los más vulnerables, incluidas las mujeres, los niños, los ancianos y los trabajadores informales, serán los más afectados. Por otra, el impacto en el medio ambiente, probablemente sea positivo a corto plazo, ya que la reducción drástica de la actividad económica provocada por la crisis ha reducido las emisiones de CO2 y la contaminación en muchas áreas; no obstante, esta mejoría podría ser breve, a menos que los países cumplan con su compromiso de reducir emisiones una vez que la crisis haya terminado y la economía mundial se reinicie.
Más en concreto, y aunque la pandemia tiene un efecto sistémico sobre toda la agenda 2030, sí es posible vislumbrar cómo afectará particularmente en algunos de los 17 objetivos. En líneas generales, según indica el informe de Naciones Unidas, podría ser así:
- Objetivo 1: Fin de la Pobreza. La pérdida de ingresos prevista, llevará a los segmentos vulnerables de la sociedad y las familias a caer por debajo del umbral de pobreza.
- Objetivo 2: Hambre 0. La producción y distribución de alimentos podría verse afectada.
- Objetivo 3: Salud y bienestar. Es previsible un efecto devastador sobre la de salud, como ya se está viendo.
- Objetivo 4: Educación de calidad. La escuela para muchos niños y niñas permanecerá cerrada; además, la educación on line no es accesible para muchos, lo que creara más inequidad.
- Objetivo 5: Igualdad de género. Los ingresos de las mujeres están en riesgo y además, es previsible un aumento de la violencia de género en los confinamientos. No hay que olvidar que las mujeres representan la mayoría de los trabajadores de salud y asistencia social, que están más expuestos al COVID-19.
- Objetivo 6: Agua limpia y saneamiento. Se esperan interrupciones en el suministro y acceso inadecuado al agua, lo que dificulta el acceso a instalaciones limpias para lavarse las manos, una de las medidas de prevención COVID-19 más importantes.
- Objetivo 7: Energia asequible y no contaminante. La escasez de suministros y personal en algunas zonas, está provocando un acceso interrumpido a la electricidad, debilitando aún más la respuesta y la capacidad del sistema de salud
- Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico. En la medida en que se ha suspendido buena parte de las actividades económicas, especialmente los de tipo informal, habrá menos ingresos, menos tiempo de trabajo, y más desempleo para ciertas ocupaciones.
- Objetivo 11: Ciudades y comunidades sostenibles. La población que vive en barrios marginales se enfrenta a un mayor riesgo de exposición al COVID-19 debido a las malas condiciones de saneamiento y a la alta densidad de población, lo que dificulta la distancia social.
- Objetivo 13: Acción por el clima. Es previsible un menor compromiso con la reducción de emisiones; lo es también una menor huella ambiental debido a la menor producción y a la reducción del transporte en carreterra.
- Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas. Los conflictos impiden medidas efectivas para luchar contra COVID-19; quienes se encuentran en zonas de conflicto corren el mayor riesgo de sufrir una pérdida devastadora por COVID-19
- Objetivo 17: Alianzas para lograr los objetivos. La lucha contra el COVID19 está suponiendo ya una oposición a la globalización y a las iniciativas multilaterales, pero también se incrementará la cooperación internacional en salud pública y entre el sector público y el privado.
Quizá una buena alternativa para alcanzar los ODS en la fecha prevista, pase por acelerar la digitalización. Tal y como afirmaba en mi artículo publicado en el diario El País, creo que una buena alternativa es hacer de la tecnología una solución trasversal a los 17 ODS y no como un apéndice del objetivo 9, dedicado a “Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación”. En otras palabras: la tecnología y la digitalización no pueden ser un objetivo más, sino el motor de todos ellos.
Quizá una buena alternativa para alcanzar los ODS en la fecha prevista, pase por acelerar la digitalización
Para recalibrar los objetivos quizá lo más razonable sea entender cómo será el proceso de vuelta a una normalidad. En términos económicos, son muy recomendables los informes que han elaborado McKinsey y Deloitte, en los que plantean diferentes salidas de la crisis (en V, en U, o en L) dependiendo del nivel de profundidad de la pandemia y del nivel de colaboración entre países. Y en términos sanitarios, como se describe en este artículo del MIT Technology Reciew, y en éste otro del Imperial College, es previsible que suframos confinamientos peridiódicos hasta que se descubra el retroviral adecuado o la vacuna que nos inmunice, lo que no es previsible antes de 18 meses. En todo caso, lo que parece claro es que nos enfrentamos a una recuperación lenta y que lo que nos queda por vivir no será fácil.
En todo caso, dada la profundidad de la crisis ante la que se enfrenta la Humanidad, no sería mala cosa que, en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas de septiembre -se celebre en el formato que se celebre- se revisaran los objetivos y se reajustasen las metas. No hay nada peor que definir unos objetivos que, por inalcanzables, queden en papel mojado y generen confusión. Ese es el reto ahora: reajustar las ambiciones.